Tener un abdomen, firme y tonificado es uno de los objetivos más difíciles de conseguir a través de métodos tradicionales como la dieta o la actividad física.
Los factores que afectan la acumulación de grasa abdominal y la disminución de la fuerza física incluyen una dieta rica en grasas saturadas y sal, el consumo de alimentos procesados, azúcar y refrescos, o los cambios hormonales con la edad. Una de las mejores armas contra la grasa abdominal y la flacidez es la cavitación, un tratamiento eficaz para eliminar la grasa localizada y devolver la firmeza.
¿Qué es la cavitación y cuál es su uso?
La cavitación implica la aplicación de ultrasonido de baja frecuencia, lo que hace que se formen burbujas térmicas debajo de la piel. La presión creada por estas burbujas hace que las células grasas implosionen y se destruyan, convirtiéndose en un líquido llamado diglicérido, que el cuerpo excreta fácilmente a través de la orina y el sudor.
Por lo tanto, durante el tratamiento de cavitación, se recomienda beber mucha agua y realizar ejercicio físico que promueva la sudoración.
¿Qué se necesita para obtener óptimos resultados?
Una de las principales ventajas de la cavitación es que los resultados son visibles desde la primera sesión. Generalmente, se requieren de 10 a 15 sesiones para lograr los mejores resultados.
Si tienes algo de sobrepeso, lo ideal es combinar este tratamiento con una dieta personalizada o proteica y podrás perder el exceso de peso en un mes, siempre bajo control médico y con buena salud. Las sesiones de cavitación se realizan mediante ultrasonido, donde se pasa suavemente el cabezal por la zona a tratar, que previamente ha sido recubierta con un gel conductor.
Cada sesión dura aproximadamente 40 minutos y por lo general va acompañada de una sesión de radiofrecuencia para reafirmar la zona trabajada.
Sesiones recomendadas
Minutos aprox por sesión
Sesión para comenzar a ver los resultados
Como comentábamos, la principal ventaja es que los resultados son visibles desde el primer momento, por lo que es una técnica eficaz y segura.
Otra de las ventajas de la cavitación es un tratamiento no invasivo por lo que después de una sesión se pueden retomar las actividades diarias inmediatamente.
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